“Solo un corazón
agradecido aprende”
Angélica Olvera
Esta semana en el Centro Escénico
Pupaclown estamos dando rienda suelta a la creatividad y al juego en familia a
través de un taller basado en la pedagogía sistémica, la pedagogía de la
vinculación. Orientada al aprendizaje de la vida desde el legado que las
anteriores generaciones, nos han pasado a través de los padres. Fomenta la
interacción entre quienes conforman la educación, pero siempre manteniendo su
lugar. Cada cual contribuye al proceso de manera consciente y activa pero
respetando el lugar del otro.
Jugamos y crecemos juntos en
familia, busca ayudar a las familias a operar con los roles y los vínculos que
las construyen. Imprescindibles para el desarrollo emocional de los miembros. Los
vínculos, son los encargados de proporcionar felicidad, cuando son claros y
están en orden, es decir, la familia lleva consigo una estructura, que incluye
normas de interacción y una jerarquización de las relaciones entre los miembros
de la unidad familiar. Cada persona ocupa un rol, en el cual desarrolla unas
determinadas funciones, y estas no deben ser realizadas por otro miembro.
Los llamados “Ordenes del amor”
por Bert Hellinger, explican las dinámicas que se establecen en los sistemas y
proporcionan una ubicación:
Orden: Cada personas que llega a
un sistema lo hace en un orden, pertenece a él, y así se establece una jerarquía
cronológica: unos van antes que los otros, por pertenecer solo antes al
sistema.
Equilibrio entre dar y tomar:
Primero se toma y después se da. Es la manera de equilibrar los sistemas. Las
relaciones entre iguales han de estar equilibradas en dar y tomar. Sin embargo,
en la relación padres-hijos hay un desnivel natural de vida, los primeros dan más
y los segundos reciben más.
Conciencia del sistema: En todo
sistema hay unas normas, ocultas o explicitas. Éstas dan identidad a los
integrantes y permiten percibir las diferencias. Si no se respetan ponen en conflicto
la pertenencia del individuo.
Lo mejor para entenderlo es verlo
ejemplificado.
Por norma general, los padres
ejercen de padres y los hijos de hijos, pero, ¿Qué ocurre si el hijo adopta el
papel de uno de sus progenitores? Parece difícil, pero es habitual en los casos
de fallecimiento de uno de los padres o en una separación. Provocando esto, un
comportamiento disfuncional por carencias en los padres a la hora de educar,
esto hace que los hijos inconscientemente rechacen a sus progenitores como
modelos a seguir.
A través de actividades prácticas
y vivenciales, Pilar Perán y Miguel Ángel Marín intentan enseñar a lo largo de
tres sesiones la manera de conectarnos y relacionarnos en familia desde el
juego, prestando especial atención a la búsqueda de nuestro lugar en los
diferentes modelos de familias actuales: elementales, monoparentales, compuesta
y consanguíneas. Ya que, es habitual, que las personas asuman más papeles que
el que les corresponde, llevando al individuo a no vivir por completo su propia
vida, que en realidad es la única de la cual se tiene que responsabilizar.
Aprendamos a ocupar nuestro lugar en un espacio que favorece
el clima creativo, en el cual, trabajar diferentes técnicas teatrales como: el
clown, el cuerpo, la voz, la creatividad y la inteligencia emocional.
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