jueves, 15 de octubre de 2015

EL HUMOR EN LOS CUENTOS COMO MÉTODO DE CURACIÓN



“La imaginación consuela a las personas de lo que no pueden ser.  El humor las consuela de lo que son.”
                                                                                                                           Winston Churchill


La anterior semana visitaron nuestra casa, el Centro Escénico Pupaclown, dos profesionales del arte de sanar a través de los cuentos, Antonio Lorenzo Hernández y Francisco Jorquera. Durante dos días, descubrieron a todos los asistentes un mundo de fantasía, conformado por cuentos de ayer y de hoy. Historias creadas por un sinfín de motivos y con decenas de significados.  Seguramente, los autores de muchas de ellas nunca hubieran predicho el poder sanador de su creación. Por todo esto, queremos compartir con vosotros la generosidad de los dos maestros murcianos de la cuentoterapia y hablaros sobre el humor,  la sanación y los cuentos. Así pues, comencemos con un breve recorrido por la historia de este milenario arte, de la mano de Lorenzo-Antonio Hernández.

“ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LAS TERAPIAS FUNDAMENTADAS EN EL BUEN HUMOR , LA  ALEGRÍA Y LA RISA:

Diferentes corrientes filosóficas conocen desde hace siglos la importancia de la risa y el sentido del humor y lo promueven de manera práctica.
Hace más de 4000 años en el antiguo imperio chino, había unos templos donde las personas se reunían para reír con la finalidad de equilibrar la salud. La filosofía china del tao aconseja que para estar sano y mantenerse en forma hay que reír 30 veces al día.
En la India también se pueden encontrar templos sagrados donde se puede practicar la risa. Además algunos libros hindúes hablan sobre la meditación con risa porque el hecho de reír es una técnica de meditación en sí misma y es un medio para conocerse interiormente que ayuda a estar en armonía con el mundo.
En culturas ancestrales de tipo tribal, existía la figura del "doctor payaso" o "payaso sagrado", un hechicero vestido y maquillado que ejecutaba el poder terapéutico de la risa para curar a los guerreros enfermos.
En la Biblia, el libro de Proverbios del Antiguo Testamento menciona que «Un corazón alegre es como una buena medicina, pero un espíritu deprimido seca los huesos»
En la antigua Grecia, Aristóteles sostenía que el bebé no es persona hasta que ríe; hasta que eso ocurra, el recién nacido es un ser no muy distinto a cualquier otro cachorro mamífero.
En la Edad Media, el profesor de Cirugía Henri De Mondeville señalaba que la alegría era una herramienta definitiva para ayudar a recuperar a los pacientes, cuyas vidas debían dirigirse hacia la felicidad. Para llegar a tan ambiciosa meta, De Mondeville tenía claro: «Hay que permitir que sus parientes y amigos lo alegren y que alguien le cuente chistes... Mantener el espíritu del paciente con música de violas y salterios de diez cuerdas».
Pero el verdadero pionero fue Rabelais, el primer médico que en el siglo XVI y de  forma seria, aplicó la risa como terapia.”



Hasta aquí, queda claro que el ser humano lleva siglos usando la risa como método para aliviar el cuerpo y la mente. Ya que, cuando reímos nuestro cuerpo segrega endorfinas, específicamente las encefalinas, cuya capacidad es aliviar el dolor, y además envían mensajes al cerebro para combatir los virus y las bacterias. Pero, ¿qué tiene que ver esto con los cuentos? Cada persona ríe por causas muy diferentes, por desgracia no hay un manual universal, por ello a veces es difícil encontrar el foco causante de la carcajada. Y aquí es donde aparecen los cuentos, para ser exactos, las características de aquellos que han sido confeccionados para descuajeringarse  de uno mismo o del resto.
  • Humanizan y ridiculizan la autoridad o los elementos que nos angustian personal o socialmente.
  • Hablan de las cosas que nos coartan, que nos atemorizan.
  • Buscan el lado humorístico a las situaciones, permitiéndonos adquirir cierto poder sobre el hecho.
  • Nos enseñan a ser más humildes, deshinchando la grandiosidad humana.
  • Nos hace relativizar la realidad. Lo cual resulta de gran utilidad para desmontar multitud de verbalizaciones distorsionadas.
  • Nos ayudan a reírnos de nosotros mismos, atacando el miedo al ridículo y autoaceptarnos con nuestros puntos débiles.
  • Nos ayudan a interrumpir y domesticar el dolor emocional.
  • Integran la realidad del que los cuenta, frente al maravilloso que lo hace a nivel simbólico.
¿Qué os parece hasta aquí? Maravilloso ¿verdad? y aparentemente sencillo, solo tenemos que seleccionar aquella temática o título más cercana a encender nuestro chip de la risa. Y por si no sabes por donde comenzar te recomendamos algunos de los títulos que traían bajo el brazo nuestros terapeutas, Antonio-Hernández Lorenzo y Francisco Jorquera.









...y colorín colorado este cuento se ha acabado!!!  

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