miércoles, 11 de marzo de 2015

LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS SE LO CREEN TODO


Desde que nacen los niños aprenden a imitar, está en juego su supervivencia, así que imitarán lo que ven a su alrededor, copiarán modelos de esos seres que le satisfacen sus deseos tanto físicos como psíquicos: sus padres, o quien haya realizado esta labor, si por broma pesada del destino, no les ha “tocado” crecer y desarrollarse con padres de verdad. Y bajo éste prisma irá percibiendo el mundo, las palabras que ellos usen serán palabra de santo para el pequeño y se incrustarán en su inconsciente de una forma indeleble, sobre todo si van reforzadas por estímulos sensoriales (¡eres tonto! y zas, cachete). Cuando lo valoren, cuando lo juzguen, cuando opinen de otras personas, cuando emitan su veredicto sobre cualquier cosa que ocurra en el día a día…todo quedará grabado. Y con la marca de la verdad. Lo ha dicho mi padre, o mi madre. La imaginación del niño es portentosa, en las primeras etapas no distingue la realidad de la fantasía y, por otra parte, es lógico, acaba de llegar a éste mundo que se vive a través de los sentidos y aún no le ha dado tiempo a experimentar lo suficiente como para comparar y sacar conclusiones.

De ahí la importancia tan grande de lo que decimos y hacemos con los niños y niñas, de ahí también la importancia tan grande de cuidarnos, aceptarnos, curarnos para poder transmitir algo que haga que los más pequeños entren en la vida con la mirada limpia, alegre, confiada y deseosa de nuevas y mejores experiencias. Es que se lo creen todo y así ha de ser.


No hay comentarios:

Publicar un comentario