La llegada de
un hijo a nuestra vida nos transforma, comenzamos a preparar todo al milímetro, a pensar en lo que
necesitará, en cómo será su educación y en millones de cosas más. Y de tanto
pensar y pensar, en ocasiones nos
dejamos en el tintero tareas tan relevantes como el juego. ¿Somos conscientes
de la importancia del juego en el desarrollo de nuestros hijos? La respuesta es
un tanto variable, ya que algunos de nosotros necesitamos implantar un chip en
nuestra mente de adultos, que propicie un cambio en la mirada hacia la
infancia, pudiendo así entender el valor del juego en el crecimiento.
¿Por qué es
tan importante que un niño juegue?
A los pocos
meses del nacimiento, el cerebro pone en funcionamiento diferentes mecanismos
como la curiosidad y la emoción, convirtiéndose en una importante herramienta
de aprendizaje y adquisición de habilidades.
A medida que
crecemos el juego se convierte en un camino de experimentación, construimos
patrones que emplearemos en el futuro en situaciones reales. Adquirimos
valores, destrezas. Aceptamos normas. Aprendemos a escuchar, a saltar, a idear
estrategias, incluso damos rienda suelta
a nuestra imaginación ideando las trampas más ingeniosas. En definitiva, ¡la
vida es un juego!
¿Qué es el
juego?
1. Un
Derecho Universal de los Niños especificado en el artículo 31 de la Convención
sobre los Derechos del Niño. El artículo
recoge que los niños tienen derecho al descanso, al juego y a las actividades
recreativas propias de su edad.
2. Es
tarea de la infancia. Un estímulo interno necesario para sentirse bien y
desarrollarse.
3. Es
un medio de aprendizaje. Pilar para el desarrollo físico, social, cognitivo y
emocional.
4. Obedece
a una motivación interna del niño.
5. Cualquier
lugar y momento son buenos para crear un mundo a medida.
6. No
se valora el resultado, pero si el proceso.
7. El
juego es libre. Los juguetes solo son una herramienta para estimular. Cualquier
objeto puedo cumplir esta función.
8. Las
reglas y los roles son modificados.
9. Expresan
emociones, experimentan situaciones.
10. Reservemos
un tiempo diario en exclusiva para el juego. Adecuado siempre a la edad y la
necesidad del niño.
Fotografía de Jink Art Más información
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