En éste nuevo post queremos contaros un cuento que hemos
encontrado en el blog
de nuestro amigo Boujam.
Ahí va.
Ahí va.
“Cuenta la leyenda que antes de que la humanidad existiera,
se reunieron varios duendes para hacer una travesura.
Uno de ellos dijo:
- Pronto
serán creados los humanos. No es justo que tengan tantas virtudes y tantas
posibilidades. Deberíamos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante.
Llenémoslos de vicios y de defectos, eso los destruirá.
El más anciano de los duendes dijo:
- Está
previsto que tengan defectos y dobleces, aunque me temo que eso sólo servirá
para hacerlos más completos. Creo que debemos privarles de algo que les haga
vivir cada día un desafío.
- ¡¡¡Qué
divertido!!! - dijeron todos.
Un joven y astuto duende, desde un rincón, comentó:
- Deberíamos
quitarles algo que sea importante... ¿Pero qué?
Después de mucho pensar, el viejo duende exclamó:
- ¡Ya sé!
Vamos a quitarles la llave de la felicidad.
- ¡Maravilloso...fantástico...excelente
idea!, gritaron todos los duendes. ¡Quitarle la llave de la felicidad!
¡Extraordinario!
El viejo duende siguió:
- El problema
va a ser dónde esconderla para que no puedan encontrarla.
El primero de ellos volvió a tomar la palabra:
- Vamos a
esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
A lo que inmediatamente otro miembro repuso:
- No,
recuerda que tienen fuerza y son tenaces, en algún momento alguien puede subir
y encontrarla, y si la encuentra uno, todos podrán encontrarla y el desafío
terminará.
Un tercer duende repuso:
- Entonces
vamos a esconderla en el fondo del mar.
Un cuarto todavía tomó la palabra y contestó:
- No,
recuerda que tienen curiosidad y en determinado momento algunos construirán un
aparato para poder bajar al fondo del mar y entonces encontrarán fácilmente la
llave de la felicidad.
- Escondámosla
en un planeta lejano de la Tierra, insistió el duende.
A lo cual los otros dijeron:
- No,
recuerda su inteligencia, un día alguno va a ser capaz de construir una nave en
la que puedan viajar a otros planetas y entonces la van a descubrir.
Un duende viejo, que había permanecido en silencio
escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás, se puso de pie
en el centro y dijo:
- Creo saber
dónde poner la llave para que el hombre no la descubra. Debemos esconderla
donde nunca la buscarían.
- La
esconderemos dentro de ellos mismos...muy cerca de su corazón.
- Estarán
ocupados buscándola fuera, desesperados, sin saber que la llevan consigo todo
el tiempo.
Un duende joven y escéptico dijo:
- Los hombres
tienen el deseo de ser felices, tarde o temprano alguien será suficientemente
sabio como para descubrir dónde está la llave y se lo dirá a todos.
- Quizás
suceda así, dijo el más anciano de los duendes, pero los hombres también poseen
innata desconfianza de las cosas simples. Si ese hombre llegara a existir y
revelara que el secreto está escondido en el interior de cada uno...nadie le
creerá y lo tomarán por loco.”
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