miércoles, 6 de mayo de 2015

¡SOY VALIOSO!


 “Tienes que portarte bien”. “Si eres malo Los Reyes Magos te traerán carbón”…  son algunas de las frases con las que los adultos tendemos a  bombardear a los más pequeños. ¿A qué nos referimos? En términos generales, a  como tratamos al resto de  personas, pero  ¿cómo nos tratamos a nosotros mismos? A lo largo de nuestras vidas, son pocos los consejos que recibimos sobre aquello que no debemos pensar o decir sobre nuestras habilidades, aspecto físico o rasgos psicológicos.
 “Si insultas a tus amigos te castigaré” y ¿sí los descalificativos son vertidos por y para nosotros?, ¿qué ocurre? Normalmente nada. Por ello, cuando nos equivocamos, fracasamos o no controlamos una situación, muchos de nosotros tendemos al pesimismo, a la autocompasión y al automaltrato. Para ello contamos con una amplia gama de autocastigos como “no sirvo para nada”, “soy un perdedor”,  “merezco esto y más”. Que levanten la mano quienes nunca hayan difamado su propia persona. Quizás tengamos otras opciones, como reconocer que todos nos equivocamos alguna que otra vez.  Por consiguiente, equivocarse significa que lo has intentado y el verbo intentar solo lo utilizan los valientes. 

Imagen del libro "Don Clemente, un trabajo diferente" donclementeblog


En mayor o menor medida todos intentamos ser empáticos con los demás. Así que ha llegado el momento de mostrar esa generosidad hacia nuestra persona y tirar a la basura el verdugo que llevamos dentro.  Poner un punto final a la espiral de autodestrucción que solo nos conduce al miedo, a la negatividad y al sentimiento de inferioridad. Aceptar la experiencia del momento por difícil que sea, ya que de nada sirve no hacerlo. Además, el victimismo no está de moda.
¡Recuerda! Todos sufrimos, enfermamos, fracasamos, perdemos a un ser querido, y todo esto no significa ser mejor, ni peor que el resto. Todos los seres humanos somos merecedores de compasión y compresión. Autoinfligirse crueldad solo nos hace sufrir. Entender la situación, solidarizarnos con ella y por consiguiente con nosotros implica que queremos ser felices y gozar de salud, pero ¡ojo! no quiere decir que tengamos carta blanca para hacer lo que queramos pudiendo perjudicar  nuestro bienestar.

En tu mano está el modo de afrontar las situaciones, puedes optar por la autodestrucción no consiguiendo nada o, por el contrario, aceptar que la vida está llena de fracasos y de éxitos. Sobre todo, está llena de las carcajadas que provocan esos momentos en los cuales en tu cabeza solo imperaba un pensamiento: “Tierra trágame”.

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